El peso de la autoexigencia
Muchas veces nos autoexigimos tantas cosas que la vida empieza a pesarnos. Nos pesa tanto que llegamos a sentirnos exhaustos, frustrados, nos termina apagando poco a poco.
Nos exigimos un montón de cosas diferentes como: ser productivos, estar delgados, ser amables cuando no queremos, ser felices, tener éxito y así una larga lista de “debemos”.
Está enorme lista de cosas que “debemos” y que nos exigimos terminan ahogándonos hasta dejarnos sin respiración, sin energía, sintiendo una enorme frustración, generando una enorme ansiedad.
Poco a poco vamos perdiendo el placer por la vida, desapareciendo nuestra creatividad, nuestra espontaneidad, empezamos a fingir para esconder lo que nos pasa.
¿Cuál es el peso de la autoexigencia?
Cuanto más nos exigimos, más lejos de sentirnos felices estamos, más apartados de la satisfacción con nosotros mismos y de la paz interior que anhelamos. Nuestro interior se transforma en un caos.
Pero toda esta exigencia que termina aflorando desde nuestro interior no es fruto únicamente de nosotros, no nace de la nada, viene de nuestra educación y de la cultura de la sociedad que nos atraviesa y que termina rompiéndonos en mil pedazos.
Nos autoexigimos una perfección que no existe, nos culpamos como si todo fuera nuestra entera responsabilidad, nos olvidamos que lo que pasa a nuestro alrededor también cuenta y mucho.
Está muy de moda de que hay que ser feliz a toda costa, que tener baches, no encontrarse bien, tener una crisis es porque no hacemos lo suficiente, no lo hacemos bien.
Empezamos a querer controlar lo que pensamos y sentimos de una manera obsesiva para que seamos lo que esperan de nosotros. Cuanto más queremos controlar todo, peor nos sale la cosa, los pensamientos que nos hacen daño, las críticas y la culpa van en aumento.
¿Pero, y lo que nos pasa, lo que sentimos sino está dentro de la norma es disruptivo? ¿Está mal? ¿No estar bien en algún momento se ha transformado en una vergüenza a esconder, en algo para castigar y discriminar?
El crecimiento interior lleva a repensar las cosas, genera incomodidad, en algunos momentos duele, trae crisis, hacer cambios no es fácil, no son indoloros como nos gustaría.
Superarse
Superarse, cambiar aquello que no nos gusta lleva a un esfuerzo interior de comprensión, de aceptación para llegar a transformarlo y avanzar.
Autoexigirte, culpabilizarte, criticarte constantemente por el momento que vives no te ayudará a mejorar nada, solo te hundirá más.
Si no te encuentras bien, no dejes que la situación avance, porque no mejorará por si sola, el tiempo no cura, lo empeora, busca ayuda.
Pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, muy por el contrario, es fuerza interior que te empuja hacia donde de quieres llegar.
No perpetues situaciones que solo te desgastan y te hacen sufrir, busca ayuda y compañía para transitar los momentos difíciles, no dejes que el sufrimiento anide en ti, todos merecemos transitar caminos que nos lleven a superarnos, sanar y encontrar bienestar y armonía.
Paola Ostrowicz Fischman
Terapeuta
Programas de bienestar y armonía para transformar tu vida